En este piso, en el casco histórico de Ferrol, se mantuvo todo aquello que pudo recuperarse por petición expresa del cliente, ya que buscaba que conservase la esencia de “lo antiguo”.

Las particiones originales se mantuvieron, eliminando los dobles tabiques que habían creado y que reducían espacio. Entre las paredes salían los diferentes papeles pintados que se habían ido usando en la vivienda. Los dobles tabiques se hicieron porque los originales eran de madera y los antiguos propietarios consideraron reforzarlos con tabiques de ladrillo. Un error grave, ya que lo único que estaban consiguiendo era meter peso al edificio.
Eliminamos un pequeño baño, que se hizo por adaptación a la situación de la familia que residía con anterioridad y se conectaron los espacios del salón y de la cocina para dale una mayor sensación de amplitud.

Por estar en el casco histórico, hubo que solicitar una licencia de obras mediante una memoria valorada que tuvo que pasar una comisión de patrimonio, también tuvimos que realizar toda la planimetría del estado actual y del reformado, para posteriormente solicitar las ayudas para reformas de pisos, las cuales conseguimos, aunque esto es una cosa que normalmente por problemas administrativos, suele demorarse bastante…
En un piso de estas características, una de las partidas más importantes del presupuesto se la llevan las demoliciones. En este caso nos encontramos con tres falsos techo, cuando nosotros contabilizamos dos. La fachada del edificio la pensábamos de ladrillo viejo, pero era de madera, por lo que tuvimos que trasdosar y reforzar en diferentes zonas.
El piso constaba de dos dormitorios, un baño, lavadero, cocina y salón comedor. Los dos dormitorios eran dobles, y a pesar de que se hicieron múltiples propuestas en color, al final el piso terminó en blanco con toques de color en las puertas más importantes de la vivienda: el acceso y la del salón.


Las puertas del piso se restauraron, al igual que las balconeras. En cambio, la galería del dormitorio principal hubo que replicarla debido al mal estado de la misma.



En cuanto al diseño de la cocina se hicieron varias propuestas de mobiliario, pero finalmente se hizo un lineal en L, con mobiliario bajo.



El baño y el lavadero se hicieron con acabados gemelos. Se escogió una baldosa hidráulica hecha a mano de Yanyare Design en tonos beige y rosas y un azulejo también hecho a mano en un beige grisáceo.


El resto del suelo de la vivienda, incluida la cocina, era una tarima laminada de la casa Faus con acabado en roble y posicionada en espiga que evocaba a los antiguos pisos haussmannianos.


Se propusieron puertas en la galería del dormitorio principal para llevarla a su estado original, tanto estético como funcional. Y también se propusieron unas puertas entre el salón y la cocina, pero finalmente por ajuste de presupuesto no se hicieron.

En el hueco de acceso a los balcones el cliente nos pidió durante la obra si podíamos poner algún tipo de piedra en vez de llevar la tarima hasta el inicio del balcón, ya que antes de ser restauradas las balconeras, cuando llovía mucho, entraba agua. Por lo que sele propuso hacerlas de mármol. La verdad es que una vez acabado el resultado fue espectacular, y la combinación de la madera con el mármol de lo más acertada.


Durante el diseño para la rehabilitación del piso se estudio la arquitectura, la reforma y el diseño de interiores del mismo a la vez. De tal forma que se le buscó espacios concretos a los muebles que querían llevarse al piso con antelación a terminar la reforma.



Si estás pensando en reformar o rehabilitar un piso de estas características, ponte en contacto con el estudio de Ana Cabo arquitectura | diseño de interiores, estamos especializados en rehabilitación y podemos ayudarte y asesorarte en todo lo que necesites.