Antes de crear el estudio Ana Cabo – arquitectura | diseño de interiores, nos juntamos varios compañeros de la Escuela de A Coruña a este concurso. Quedando en el segundo lugar de este concurso de ideas de arquitectura, que nunca llegó a realizarse.
Lo primero en lo que nos basamos a la hora de plantearnos el proyecto de arquitectura, fue el reconocimiento de los valores geográficos del lugar en el cual íbamos a trabajar.
Normalmente es colocar los edificios adyacentes, pero en un área tan grande, y un lugar natural, son otros los métodos.
Cada territorio tiene un carácter geográfico. La geografía más básica consiste en elementos físicos del territorio. Basándonos en los flujos de los ríos, generamos nuestra topografía.
La geometría, es la que genera el vínculo entre lo natural y lo urbano, lo que da sentido al proyecto, buscada en el lugar, en la naturaleza. Se modifica la topografía existente para adecuarla a las exigencias del ciclo ecológico.

Se considera el proyecto de arquitectura fuertemente contextualizado, ya que se han tenido en cuenta los elementos psicológicos, físicos, naturales y sociales:
Psicológicos, la forma singular del proyecto afectaría la visión popular, entendiendo el lugar como un nuevo centro en Tlaxcala, México.
Físicos, la orografía de la zona, de carácter montañoso sirve de apoyo para la creación de torres y un parque con una nueva topografía.
Naturales, acercar los medios naturales más presentes visualmente en el entorno de la parcela, como el río y el volcán, mediante mímesis y arborescencia.
Sociales, comparando las funciones del sombrero mejicano. El edificio se eleva creando una sombra (sería el ala), las torres funcionan como la copa refrigerando el espacio bajo ella. Como sucede en las distintas provincias de México cada torre tiene una altura, dependiendo del calor que se genera en la zona.
En el proyecto existe una reflexión ecológica que parte del Río Zahuapan, se crea un ciclo ecológico en la parcela de purificación del agua, que servirá a su vez para aclimatar el edificio.
El río contaminado entra en la parcela, en donde comienza el proceso de purificación mediante un filtrado natural de piedras y plantas con un sistema inundado de vasos comunicantes, que regeneran el agua en estanques, creando así la nueva topografía.
El agua entra ya filtrada y depurada en la parte baja del edificio (el invernadero), generando una microevaporación que servirá posteriormente para el funcionamiento del mismo.
El ciclo del río finaliza en la parcela, abandonando el invernadero y volviendo reciclada al cauce natural.
En el interior del edificio, el agua ya filtrada se distribuye en planta para que se produzca una microevaporación catalizada por la fotosíntesis de la vegetación. La microevaporación consiste en el cambio de estado de líquido a gas de una pequeña evaporación de agua en superficie, debido a la tensión superficial. Lo que supone un enfriamiento del aire que se encuentra en la zona del invernadero.

Gracias a la convección, el aire enfriado por microevaporación expulsa por la cubierta el aire caliente del edificio recirculando el aire usado. Este aire enfriado, también se distribuye por las plantas del edificio mediante ventilación forzada.
La piel de EFTE, actúa embalsando bolsas de aire que por efecto invernadero actúa como un colchón de aislante térmico del edificio. Durante la noche, la energía térmica almacenada por efecto de la inercia térmica se libera lentamente manteniendo una temperatura interior estable que se recupera por la mañana.
El recalentamiento del aire en la cubierta, produce una succión cinética acelerando la salida del aire interior.
La gran inercia térmica permite la diferencia de presiones (tanto durante el día, como por la noche) provocando la circulación del aire por el interior del edificio a través de las cúpulas.
La conclusión a la reflexión social, es que una sociedad necesita un espacio de intercambio, un espacio público en el que pueda expresar su identidad, un lugar con el que se sienta reflejado. Por ello se sienten las formas como sociales, se levanta el edificio para que la superficie de intercambio sea máxima, las pistas deportivas incluidas en el parque con sus gradas… Se pretende que la población de Tlaxcala vea el lugar como propio de su cultura, sin que sus formas y disposición caigan en mímesis formal con el entorno arquitectónico. Entonces las formas y disposición son sociales intelectualmente hablando, no físicas.
Creando una nueva dimensión paisajística, transformamos el paisaje desgastado en un lugar más cercano a lo natural que a lo urbano, creando así una nueva topografía en la parcela. Un territorio fácilmente reconocible para el individuo dentro de la sociedad de Tlaxcala.
El edificio se eleva del terreno conectando visualmente con el río, la Avenida Guillermo Valle. En el invernadero, bajo el edificio, continúa la vegetación sin que exista una ruptura sensitiva entre el interior y el exterior. El edificio pretende ser un hito en la ciudad, como la bandera con la que la sociedad se sienta identificada. Una dimensión arquitectural.
Crear una dimensión social, un edificio público identificable que aumenta las posibilidades de intercambio entre individuos. Esta se produce entre individuos, con el medio, con la arquitectura, con toda la sociedad en su conjunto.
Desde la Avenida Guillermo Valle la imagen es urbana, creando fachada a la misma. Por otro lado, desde el río se advierte como entra en la parcela eliminando el tramo de la Calle Rivereña que divide la parcela. De este modo, el tráfico rodado sería perimetral a la parcela, favoreciendo el tránsito peatonal.
El edificio inicia en el invernadero (cota +0.00) desde el cual se accede a través de cinco rampas entre la vegetación y un bosque de pilares que sostienen el conjunto. Pudiendo funcionar de forma independiente o en su totalidad.
Cada una de estas rampas, accede a un uso situado en cota +8.00 estarán conectados a excepción de las torres (hotel) que se comunican a través de una serie de galerías a cota +12.00. Así todos los usos se conectan, pero manteniendo su independencia de accesos.
La distribución del hotel, se ha basado en una lógica de organización cambiante. Lo cual supondría poder cambiar la distribución de este, dependiendo de las necesidades, sin que fuese obligatorio realizar un nuevo proyecto.

Entendemos que, el edificio sea transformable con el paso del tiempo en su disposición, lo cual supone un valor de reciclaje añadido.
